martes, 20 de diciembre de 2016

¿Dónde está el umbral del dolor de los tipos de interés?

¿Dónde está el umbral del dolor de los tipos de interés?

  • Cada punto de subida cuesta 27.000 millones al Estado, las empresas y las familias

(Belén Trincado)

La subida de tipos de interés iniciada en las últimas semanas ha comenzado ya a hacer daño a la economía española: todas las emisiones de deuda son más caras y los contratos crediticios se firman ya con tasas más elevadas, pero el umbral del dolor tardará aún en llegar. No obstante, cada punto de subida de la financiación supondrá un sobrecoste de más de 27.000 millones de euros para el Estado, las empresas y los hogares. Las administraciones públicas tendrían un sobrecoste de 11.000 millones, las empresas, de 9.000, y los hogares, de unos 7.000. Los expertos vaticinan subidas controladas de tipos, pero que podrían llegar al 3% si la inflación se estabiliza en el 2%, como prevé el BCE, y sus expectativas se mantienen alcistas.

La española es una de las economías más endeudadas del mundo. Nada menos que 2,738 billones de euros deben a un variado sindicato de acreedores las administraciones públicas (1,1 billones), las empresas no financieras (919.000 millones) y los hogares (714.000 millones), a los que hay que sumar la liquidez tomada por el sistema financiero en los mercados interbancarios o en las líneas de provisión del Banco Central Europeo. Como es una de las economías más endeudadas, como consecuencia de los excesos de crecimiento del crédito del último ciclo y la resolución financiera de la crisis, es también una de las más vulnerables a la subida de los tipos de interés, que ya se ha iniciado, tanto en las políticas marcadas por los bancos centrales, como en los mercados secundarios del dinero. Aunque el Banco Central Europeo ha garantizado al menos un año completo de tipos planos (0%) en la tasa de intervención y una decreciente expansión cuantitativa, EE UU ya hace un año que ha comenzado a normalizar su política monetaria superexpansiva, y la profundizará en el resto del año, tal como anunció la Reserva Federal la semana pasada.

Además, la victoria de Donal Trump en las elecciones presidenciales en Norteamérica ha desatado unas alcistas expectativas de inflación y ha movilizado al alza los tipos de interés en todos los plazos en los mercados primario y secundario, lo que ha supuesto un súbito desplazamiento de la curva de rendimientos, especialmente en los plazos más largos. Consecuencia práctica apreciable ha sido que los bonos a 10 años emitidos por el Tesoro alemán han abandonado las tasas negativas y ya cotizan en el secundario a unas tasas positivas del 0,35%, y en el caso de la deuda española al mismo plazo ha pasado en unas semanas del 1,065% al 1,5%, lo que supone una subida de medio punto completo.

El daño, por tanto, no ha hecho más que empezar. “En 2012, las decisiones de Mario Draghi abrieron una ventana de oportunidad para refinanciar y desapalancar la economía y, de paso, hacer todas las reformas posibles”, asegura el director de BBVA Research, Rafael Doménech; “pero han pasado cuatro años y la ventana está a punto de cerrarse; es evidente que los tipos de interés directores anormalmente bajos y las tasas de inflación tan bajas no van a durar eternamente; el incremento de los precios del petróleo y la interpretación que los mercados han hecho de la victoria de Donald Trump, a su programa y a sus primeras decisiones, han empujado la curva de tipos al alza; España estaba pudiendo financiarse con tipos a 10 años por debajo del 1%, y ahora está ya en el 1,5%, y esta tasa va a seguir subiendo, y estamos ya mucho más cerca de la retirada de los estímulos”.

El daño ha empezado, pero ¿dónde está el verdadero umbral del dolor? Tardará en manifestarse con toda su intensidad, porque tarda en penetrar en todos los acreedores. Una subida de los tipos de un punto completo, como se ha manifestado ya en el bono a 10 años, que es la principal referencia de financiación de la economía, aplicada a todas las deudas de todos los agentes, supone el sobrecoste citado de casi 27.000 millones de euros al año (para una deuda agregada de 2,73 billones), casi un 3% del PIB, aunque su efecto pleno llega lentamente a las facturas financieras por los distintos calendarios de refinanciación del pasivo, tanto en el Estado, como en empresas y familias.

Para Doménech “toda subida hace daño, acostumbrados como estamos al mejor de los mundos en términos financieros; pero se notará primero en el sector público, porque mientras que empresas y familias han hecho un esfuerzo de reducción de su deuda, el sector público la ha incrementado en los últimos años. Las empresas tienen ya un nivel de deuda sobre PIB por debajo de la media de la UE, pero el Estado está en el 100% del PIB y no bajará de tal umbral hasta 2018 si todo va bien”. Añade que “los números no engañan: una subida de 100 puntos básicos en el tipo medio de financiación es un punto de PIB de coste adicional del servicio de la deuda, que son nada menos que 11.000 millones de euros, que no podrán destinarse a otras funciones más necesarias, como la inversión pública”.

En condiciones normales, el Estado habrá refinanciado toda su deuda cuando se agoten los más de seis años de vida media que ahora tienen los títulos en circulación; por tanto, la renovación o refinanciación se hará por sextas partes cada año, y en muchos casos habrá refinanciaciones aún con tipos inferiores a los que está colocada la deuda en el primario. Pero en 2017, por ejemplo, los vencimientos son muy elevados, de 160.000 millones de euros, casi una quinta parte de los pasivos de las administraciones públicas, según fuentes del Tesoro.

Las administraciones públicas habrán abonado este año 33.227 millones de euros de intereses, un 3,1% del PIB, en un escenario de tipos anormalmente bajos. Un desplazamiento de todos los tipos de un punto completo (que tardará unos años en afectar a toda la cartera) supondría que la factura llegase, aunque no hubiese deuda adicional (que la habrá porque aún hay déficit fiscal), a unos 44.000 millones de euros, y un 4% del PIB. Esta cifra tendría que ser enjugada en parte por un superávit primario del sector público (saldo antes de gastos financieros) para poder mantener la senda de déficit marcada por Bruselas.

En este sentido, Miguel Ángel García, profesor de Economía de la Universidad Juan Carlos I, asegura que “España necesitaría al menos dos años más de tipos en el 0% y el bono por debajo del 1%, para poder llevar el déficit por debajo del 1,5%, porque una subida de tipos deja al país sin capacidad de maniobra. Una subida de dos puntos nos costará 22.000 millones de euros, lo que vuelve a empujar el déficit al menos al 3,5%, y nos vuelve a meter bajo vigilancia comunitaria”. Además, asegura García, “deja al país sin margen para incentivar el crecimiento y la inversión, y no quedará otro remedio que subir impuestos o recortar gastos”. A su juicio, empresas y familias sufrirán menos, porque han reducido deuda, y una subida de tipos puede proporcionarles también ingresos financieros compensatorios.

En todo caso, todos los agentes económicos tendrán atenuantes: el Estado y las empresas serán en parte auxiliados por la inflación, y las familias por la subida de la remuneración de los depósitos en los bancos. En el caso del Estado, si el desplazamiento de los tipos de interés se produce como consecuencia de un aumento de la inflación o de sus expectativas, que es lo lógico, una subida de un punto de la factura financiera (esos 11.000 millones de euros anuales cuando tenga efecto pleno sobre la cartera) será en parte compensado con una subida de un punto en las bases imponibles y en los ingresos fiscales y cotizaciones, lo que supone unos 4.180 millones al año a velocidad de crucero, puesto que la presión fiscal ronda el 38% de un PIB de 1,1 billones. En esa misma cantidad se aliviaría el sobreesfuerzo financiero de la Administración.

El efecto para las empresas
La subida de los tipos tendría un efecto directo también en la balanza por cuenta corriente, que acumula ya tres años de superávit, un periodo jamás acumulado hasta ahora. “Podría entrar en déficit de nuevo con una subida de tipos por el deterioro de la balanza de rentas, ya que un billón de euros de la deuda de España es con acreedores externos”, alerta Josep Oliver, catedrático de la Universidad Autónoma de Barcelona.

Por lo que se refiere a las empresas no financieras, han realizado un apreciable desapalancamiento en los últimos años, pero su deuda sigue en 919.427 millones a octubre, según el Banco de España. De ellos, 531.000 millones son préstamos de banca residente, 300.000 millones son crédito tomado en el extranjero, y el resto, bonos emitidos en los mercados de deuda. El coste para las empresas de su deuda es del 2,7%, mientras que en 2015 era del 3,2% de media, según la Central de Balances del Banco de España. Los pagos por intereses por la financiación recibida para la actividad empresarial es también del 3,2% del valor de la producción en 2015, y se desplazaría notablemente hacia arriba con una subida de las tasas de interés. Un alza de un punto costaría a las empresas 9.000 millones, que sería absorbido más rápidamente, puesto que las sociedades tienen su deuda en continua refinanciación, lo que supone que los tipos de contratación son coherentes con el mercado.

Las únicas empresas que obtienen un alivio con las subidas de tipos son los bancos, puesto que trasladan de inmediato las alzas a los productos de activo (créditos), mientras que son más perezosos para aplicarlas a los productos de pasivo (depósitos), e incrementan el margen de intereses para mejorar resultados.

Los hogares sadrían comidos por servidos

Los hogares españoles son el agente institucional que mejor esquivaría una subida de los tipos de interés tomado de forma agregada, ya que tiene tanto ahorro acumulado en forma de depósitos en los bancos como deuda contraída con ellos. Por tanto, el coste de un encarecimiento de su deuda sería compensado con los ingresos adicionales de una subida de la remuneración de los depósitos. Todo esto en teoría, porque en la práctica en España son unos hogares los que tienen las deudas, generalmente hipotecas, y otros los que tienen los ahorros, los depósitos.

Las familias españolas tienen una deuda de 714.000 millones de euros, según el último balance del Banco de España, mayoritariamente con garantía hipotecaria para financiar la compra de sus casas. En concreto, según la Asociación Hipotecaria, el crédito vivo con esta condición es ahora de 667.929 millones, con un tipo medio de contratación del 1,9%, ya que están mayoritariamente vinculados al euríbor, que aún cotiza en valores negativos. Un desplazamiento de los tipos al alza de un punto completo, y dado que la mayoría de los contratos son variables, supondría un alza de unos 6.680 millones de euros al año para los hipotecados.

Dado que las familias tienen también 758.000 millones de euros en depósitos, y aunque la banca sube más lentamente los tipos del pasivo que los del activo, podrían compensar el sobrecoste de las hipotecas. Saldrían comidos por servidos.

Cuál es el techo del precio del dinero

Todos los expertos consideran que la alarma de la subida de tipos se ha producido ya, puesto que se parte de una situación tan plácida, que una subida modesta activa los costes de los agentes endeudados. Pero también hay bastante consenso en que el alza puede ser más modesto inicialmente, y solo en el medio y largo plazo, si la inflación y sus expectativas avanzan, habrá subidas de tipos más abultadas. “Todo apunta a que la subida será en el medio plazo más limitada de lo que se teme, aunque por pequeña que sea afectará a todos los agentes: sector público, empresas y familias", asegura Josep Oliver, catedrático de Economía aplicada de la Autónoma de Barcelona. A su juicio, “durante un año completo habrá estabilidad, a juzgar por los mensajes de Draghi, y veremos si sube en diciembre de 2017: está condicionado todo por el carrusel político del año, que ha arrancado con Trump, pero sigue en Europa con elecciones en Francia, Holanda y Alemania; eso retrasará la subida. Disponemos de un año en el que Estado, familias y empresas no tendrán grandes problemas con la factura financiera. Dudo que se vaya a producir una escalada de tipos con las políticas de Donald Trump: ha habido un salto con su victoria, pero están muy presentes las tensiones deflacionistas, a lo que hay que sumar que una revalorización del dólar contendrá la subida del petróleo".

Gestores de fondos como Guillaume Menuet, de Citi para Europa, ha manifestado recientemente en CincoDías que la subida de tipos se retrasará hasta al menos 2019; y Luis Bononato, del fondo Global Allocation, estima que el mercado “se ha pasado de frenada con el alza de los tipos”.

La cuestión es cuánto subirán cuando lo hagan. Rafael Doménech, de BBVA, asegura que “hay un consenso de que los tipos no llegarán a donde estaban antes de la crisis cuando suban, porque las tensiones deflacionistas (envejecimiento, energía barata, intensidad tecnológica) siguen muy presentes”. Pero estima que el BCE tendrá muchos problemas para mantener tasas tan bajas cuando la inflación se acerque al 2%, dado que las expectativas marcan ya tales niveles para finales de 2017, una vez que el crudo se estabilice entre 55 y 60 dólares y desaparezca el escalón bajista de los últimos años”. A su juicio, soportar la presión de Alemania y los países nórdicos será mucho más complicado para el BCE.

Conocer los tipos directores de equilibrio es muy complicado, y más todavía los que marque el mercado en una Unión Monetaria con condiciones fiscales, de crecimiento y de precios diferentes en cada país. Pero con la inflación en el 2%, los tipos directores deberían moverse en torno al 2%, y, si los tipos reales a 10 años fuesen de un punto en los mercados, los nominales deberían llegar al 3%. En tal caso, el sobrecoste financiero para España sería de muy difícil absorción.

miércoles, 2 de noviembre de 2016

jueves, 4 de agosto de 2016

Ocho de cada 10 viviendas vendidas son de segunda mano

  • Todas las regiones registraron incrementos de las transacciones excepto La Rioja y Navarra

El primer semestre del año suele ser la etapa en la que se concentra el mayor número de transacciones de vivienda y este ejercicio, a tenor de las cifras publicadas esta mañana por el INE, no ha sido una excepción. Es más, en junio se contabilizaron en los registros de la propiedad (información con la que elabora el INE su estadística) un total de 36.856 compraventas de casas, lo que representa un incremento del 19,4% respecto a junio del año anterior y la cifra más elevada desde enero de 2013.
Conviene recordar que al ser datos procedentes de los registros, en un amplio porcentaje de los casos puede tratarse de transacciones que se formalizaron antes (en abril o mayo) y, por lo tanto, se verificaron ante el registrador con cierto decalaje. Esto es lo que explica, por ejemplo, que en enero de 2013 se contabilizaran casi 40.000 compraventas cuando a partir de esa fecha el volumen de operaciones cayó como consecuencia de la eliminación de la deducción fiscal en el IRPF de la compra de vivienda habitual. Buena parte de esas transacciones corresponderían al último trimestre de 2012.
compraventa de viviendas
Así, los números demuestran que pese al bloqueo político y la ausencia de Gobierno, la mejora de la situación económica pesa más a la hora de tomar la decisión de adquirir una vivienda. Son ya cinco los meses consecutivos que llevan creciendo las transacciones en términos anuales y dos años desde que se inició el cambio de tendencia en el sector. Por tipos de vivienda, la de precio libre incrementó sus ventas un 20,6% anual, mientras las operaciones protagonizadas por los pisos con algún grado de protección (VPO) avanzaron menos de la mitad, un 9,2%.

También, continúa produciéndose un fuerte contraste entre el mercado de segunda mano y el de nueva construcción. Con los datos de junio, en España en la actualidad se venden casi cinco viviendas usadas por cada una nueva, o dicho de otra manera, ocho de cada 10 casas vendidas son de segunda mano. Y mientras las primeras incrementaron sus transacciones un 24% anual, las casas a estrenar apenas lo hicieron un 2% (y en el año acumulan un retroceso del 2,5%).

Por territorios, todas las regiones excepto La Rioja y Navarra arrojaron subidas de las transacciones. Algunas de ellas como Baleares, Cataluña y Castilla-La Mancha, superiores al 30% anual. Representantes de los principales portales inmobiliarios resaltaron ayer que la recuperación del sector de la vivienda se está produciendo al margen de las incertidumbres existentes en España sobre el futuro Gobierno y su composición.

Así, el jefe de estudios de Idealista, Fernando Encinar, subrayó que el sector sigue mejorando sus cifras “con paso firme”, pero advirtió que aunque los datos son “muy positivos”; también muestran que el 45% de las operaciones se cierran en solo cinco provincias (Madrid, Barcelona, Alicante, Málaga y Valencia), lo que provoca, en su opinión, que “mientras algunas localizaciones crecen a ritmos de dos dígitos, otras mantienen todavía tendencias bajistas”.

Por su parte, el director del Gabinete de Estudios de Pisos.com, Manuel Gandarias, destacó que “la vivienda de segunda mano se está vendiendo a buen ritmo, y la obra nueva, aunque con mucha diferencia en volumen, va recuperando posiciones”.

Precisamente la falta de promociones de obra nueva en numerosas localidades es lo que explica que se estén volviendo a poner en marcha proyectos que se habían mantenido congelados durante los peores años de la crisis. Además, en Madrid o Barcelona la demanda de vivienda nueva es creciente y el suelo disponible escaso, lo que ya provoca significativos repuntes de precios.

viernes, 8 de julio de 2016

El gran reto económico es convertir los residuos en recursos

elEconomista  8/07/2016
 
La colaboración público-privada es clave para un tejido productivo sostenible
 
Estamos asistiendo a un proceso de cambio. Dejamos atrás un modelo económico lineal, basado en el concepto de usar y tirar y avanzamos hacia una sociedad más responsable, donde el ciudadano reclama una mayor integración de la sostenibilidad. Esta nueva realidad que comienza a vislumbrarse es la Economía Circular, un modelo productivo que se basa en aprovechar los residuos, convirtiéndolos en recursos, fomentar la prevención y apostar por la innovación para impulsar el tejido industrial y el empleo.
 
 
observatorio-economia-circular-770.jpg Para analizar este trascendente fenómeno, elEconomista ha celebrado un Observatorio bajo el epígrafe La revolución de la economía circular en los hábitos de consumo, que ha reunido a Óscar Martín, consejero delegado de Ecoembes; Aurelio Pino, presidente de la Asociación de Cadenas Españolas de Supermercados (ACES); María Jesús Ruiz, ex presidenta de la Comisión de Medio Ambiente del Senado; Victoria Labajo González, coordinadora del Grupo de Investigación Empresas, Economía y Sostenibilidad (E-SOST) de la Universidad Pontificia Comillas-ICADE; Ileana Izverniceanu, directora de Comunicación y Relaciones Institucionales de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), con la moderación de Javier Romera, jefe de Redacción de elEconomista.

La gestión de residuos ha permitido crear tejido industrial y trabajo: en España aporta alrededor de 25.000 millones de euros anuales, un 2,4% del PIB, y da empleo a 4 millones de personas. Sin embargo, no se está haciendo todo lo debido: según las cuentas de la Comisión Europea, si se aplicara toda la normativa vigente, se crearían 400.000 empleos en la UE, de los que 52.000 serían en España; además, se ahorrarían 604.000 millones a las empresas europeas, por el menor desperdicio de recursos, y las emisiones de CO2 bajarían hasta un 4%.

Las carencias más importantes para alcanzar esos números tan positivos se encuentran en la recogida selectiva de los residuos -para lo que es necesario la separación en origen- y en la correcta implementación de las políticas establecidas por las autoridades.

En general hay déficit de recogida en la mayoría de los flujos de residuos, sobresaliendo aquellos más asentados, como el vidrio, el papel/carton o los envases. En este último, Ecoembes recicla ya el 74,8% de los envases domésticos, situándose 19 puntos por encima de los objetivos establecidos por la UE.

Este éxito se basa en el compromiso de los fabricantes, que son responsables de los residuos que generan sus productos y deben recogerlos y darles tratamiento, ya sea individualmente o por medio de un Sistema Integrado de Gestión (SIG), como Ecoembes, Ecovidrio (vidrio), Signus (neumáticos) o Sigaus (Aceites industriales).

El modelo de los SIG, por consiguiente, debería extenderse y profundizarse donde ya esté implantado. En palabras de Óscar Martín, "No debe parar; no puede ser complaciente con las cifras actuales. Pero hace falta que ese modelo, íntimamente ligado a la colaboración público-privada, se extienda a todos los flujos de nuestros residuos, y se extienda desde la generación, desde el consumo responsable y hasta el final de la línea, que será el reciclado de los productos".

No hacer experimentos

Atendiendo al resultado de la aplicación de los SIG, no tiene mucho sentido desviarse del modelo. En este sentido, los asistentes debatieron sobre una de las alternativas, el Sistema de Depósito, Devolucion y Retorno (SDDR), que piensa implantar la Comunidad Valenciana con el apoyo de los grupos ecologistas.

El SDDR consiste en obligar al consumidor a abonar una cantidad adicional en la compra de cada producto, que luego se le devuelve al entregar el envase vacío en el comercio donde lo adquirió para que éste lo remita a las plantas de tratamiento y reciclado.

Con independencia de que sea una medida realmente ecológica y no una operación comercial para vender las máquinas en las que el consumidor depositaría el envase vacío, el SDDR plantea otro tipo de problemas.

El principal es su coste y su escaso alcance: el SDDR únicamente afecta al 9% de los envases -las correspondientes a las bebidas - ahora recogidos en el contenedor amarillo, e implantarlo tendría un coste ocho veces mayor que el actual, pudiendo alcanzar los 900 millones anuales. Además, no son sistemas complementarios ya que duplican infraestructuras (recogida en contenedor y recogida en comercios) y pueden provocar confusión en el ciudadano a la hora de reciclar.

Al respecto, Aurelio Pino indica que "en el año 1997 la legislación española dejó la opción de escoger entre distintos modelos; se optó por los SIG y nuestras tiendas, y sus sistemas logísticos, incluyendo los municipales y no municipales, se han ido configurando sobre ese sistema. Hemos montado el esquema sobre la base de esa seguridad jurídica; cualquier cambio a nosotros nos afecta, pero, sobre todo -hay muchos estudios hechos- supone un coste de implantación inasumible y desproporcionado para lo que podría ser una hipotética mejora".

Así pues, el coste y la complejidad que introduciría en el sistema de gestión de los residuos de envases, unidos al escaso volumen de residuos que trataría realmente, aconsejan desechar su implantación y profundizar en el modelo ya en vigor actualmente protagonizado por los SIG.

Los consumidores se manifiestan cautos sobre el SDDR. Como indica Ileana Izverniceanu, "necesitamos información amplia sobre este tema para pronunciarnos pero a priori un cambio en los hábitos de los ciudadanos debe de ser muy pensado y sopesado". Además, tienen otras muchas otras peticiones, como que no haya problemas con las tiendas o con los puntos limpios, que éstos se ubiquen cerca de los domicilios, que los fabricantes destierren prácticas como la obsolescencia programada de los bienes ofertados y permitan que los aparatos sean reparables, que los criterios aplicados en la caducidad de los productos sean económicos y no comerciales, que las garantías sean válidas durante más tiempo -en caso de fallo de un aparato, a partir del sexto mes el consumidor debe probar que no ha sido por uso-, que se apliquen las leyes existentes... "la lista es larga, porque llevamos 40 años peleando". También apunta a que la crisis ?ha ensañado al consumidor que hay otras formas de consumo muy diferentes?, en alusión tanto a la tendencia creciente a alargar el uso de los productos -siempre que la industria lo permita- como a la llamada economía colaborativa: "la propiedad existe, pero hay otros medios de posesión". Para ello también hace falta diseñar una legislación que ayude y que, una vez exista, "se aplique por parte de las autoridades".

Aplicar la legislación

Todos los ponentes estuvieron de acuerdo en que la laxitud a la hora de aplicar la normativa es otro de los obstáculos para que la Economía Circular deje de ser un concepto y se haga realidad.

María Jesús Ruiz abundó en ello: "Tenemos la legislación, tenemos las capacidades para poder ponerla en marcha, hay tecnologías que se están utilizando, se ve que hay diferencias entre los territorios -hay comunidades autónomas que van más avanzadas que otras con los mismos requisitos-, y, por tanto, creo que es muy importante que el consumidor esté concienciado, pero es verdad que también la Administración tiene que ser muy exigente a la hora de aplicar toda la normativa que existe". Ello evitaría, por ejemplo, que se cometieran ?barbaridades?, como sucede con la gestión de los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos.

Ruiz, coordinadora de la Ponencia de estudio sobre residuos del Senado que actuó el año pasado, abundó en varios de los graves problemas de la gestión de los residuos: su ideologización, que impide enfocar los problemas con objetividad, la falta de transparencia en las tasas y la insuficiencia de las mismas para disminuir el volumen de materiales desperdiciados.

Pagar más para evitar verter

España está muy lejos de cumplir los objetivos de depósito en vertedero, lo que puede conllevar sanciones europeas e implica un tremendo dispendio de recursos. Uno de los motivos clave es que los ciudadanos desconocen cómo funciona la gestión de las basuras, a pesar de los esfuerzos educativos al respecto, que han de redoblarse.

Además, tampoco hay una estructura de tasas adecuada, porque en muchos casos se mezclan con otros conceptos, como la limpieza viaria o el agua. Y como colofón, el pago es insuficiente: si en los países más avanzados de la UE se destinan de 90 a 100 euros por tonelada, "aquí es bajísimo, es mucho más barato verter", según Ruiz. La conclusión, por lo tanto, es obvia: hay que pagar para introducir en la cadena de valor el impacto ambiental real y dejar de hablar de residuos para hablar de recursos y de Economía Circular.

Crece el consumo responsable

El lado positivo de la situación es que, como comenta Victoria Labajo, basándose en datos reales sobre pautas de compra, "los consumidores están dispuestos a pagar un extraprecio por productos que sepan que son responsables". Y sostiene que en España -a diferencia de la UE- se está perdiendo la oportunidad de acceder a nuevos mercados en los que la conciencia del comprador influye mucho en la decisión de compra.

Según Forética, el 76% de los consumidores pide a las empresas un comportamiento responsable, pero es complejo desarrollar ese nuevo mercado porque no es fácil cambiar los procesos productivos y hacerlos más sostenibles y porque tampoco hay claridad en el etiquetado que identifica un producto como responsable. Ahora bien, la empresa que se adentra por esa línea de negocio obtiene premio: las marcas sostenibles crecen nueve veces más rápido.

Por sus ventajas ambientales y económicas, hay que empujar ese nuevo mercado sostenible, tanto actuando sobre la demanda como sobre la oferta. 

Así, Martín cree que "es necesario primar, que no premiar, los productos reciclados" e incide en la importancia de potenciar el ecodiseño de los bienes para prevenir los residuos, aspecto en el que Ecoembes ha realizado más de 38.000 medidas. 

En definitiva, la Economía Circular es un modelo que ha llegado para quedarse y sin el cual no se entiende el futuro del planeta. Es el momento de tomar partido y asumir los retos que nos plantea nuestro presente: construir una sociedad basada en la sostenibilidad que nos permita frenar los efectos del cambio climático y alcanzar un modelo de desarrollo sostenible.

viernes, 27 de mayo de 2016

No verás ni un euro de tu sueldo hasta julio: todo se lo queda Hacienda y la Seguridad Social

La mitad de lo que ganas a lo largo de un año por tu trabajo es para cumplir con la Seguridad Social y Hacienda. Así de claro… y así de duro.

Para un trabajador medio en España, cumplir con sus obligaciones exige 181 días de trabajo, lo que significa que todos los ingresos que consigue durante la mitad del ejercicio no pasan por su bolsillo. En realidad, y quitando los compromisos fiscales y de la Seguridad Social, solo se queda para sí el sueldo equivalente a 184 días.

Ésta es la conclusión a la que llega el informe que han presentado esta semana la Unión de Contribuyentes y la Fundación para el Avance de la Libertad, que sitúa el famoso Día de la Liberación Fiscal el próximo 30 de junio.

“El Tax Freedom Day, como se conoce en el mundo anglosajón, es la fecha a partir de la cual los ciudadanos comienzan a trabajar para sí mismos. El Día de Liberación Fiscal traduce el esfuerzo fiscal en el número de días necesarios para pagar los impuestos (directos e indirectos) y las cotizaciones a la Seguridad Social”, explica el estudio.

¿Y a dónde ha ido a parar todo el dinero que hemos ganado en lo que llevamos de año? Casi todo va destinado a pagar las cotizaciones sociales (para ello necesitamos más de tres sueldos), aunque a los impuestos hay que dedicar una cifra nada desdeñable: casi 80 días de trabajo (es decir, más de dos meses).

“Un trabajador con un sueldo medio anual de 24.400 euros brutos destina 102 días a pagar cotizaciones a la Seguridad Social y 79 a pagar impuestos (37 al IRPF, 25 al IVA, 12 a impuestos especiales y 5 a otros impuestos). En total, dedica 181 días de su trabajo (15.706 euros) a pagar a la Administración”, detalla.

No verás ni un euro de tu sueldo hasta julio: todo se lo queda Hacienda y la Seguridad Social
Vistas las cifras, y teniendo en cuenta que estamos a finales de mayo, podríamos decir que con las retribuciones que hemos recibido por el trabajo realizado hasta la fecha hemos saldado nuestra ‘deuda’ anual con la Seguridad Social, hemos pagado el IRPF e incluso otros impuestos como el IBI, la tasa de basuras o el impuesto de circulación. Sin embargo, aun tenemos pendiente abonar el IVA correspondiente a este ejercicio y los impuestos especiales (gasolina, tabaco, alcohol, impuesto de electricidad…) y, para ello, tendremos que trabajar hasta el próximo 29 de junio.

Pero, ¿cómo es posible que un español medio llegue a pagar más de 15.000 euros en impuestos con un sueldo bruto de apenas 24.000? El estudio responde que “en realidad, el coste laboral de este trabajador es de 31.696 euros”. Esto significa que parte de este gasto lo sufragan las empresas, que deben desembolsar una de las cotizaciones sociales más altas de Europa por cada uno de sus empleados.

“Las cotizaciones patronales (que no aparecen en el sueldo bruto) hacen opaco el sistema fiscal. Los trabajadores ignoran que la empresa aporta a la Seguridad Social el equivalente a 84 días de trabajo, 7.296 euros por encima del salario bruto. Así, el valor real del trabajador (o el coste laboral para la empresa) es en realidad de 31.696 euros”, recalca el informe.

Según calcula la consultora Adecco, España es el séptimo país europeo donde las empresas se gastan más dinero en pagar las cuotas a la Seguridad Social, las aportaciones a planes de pensiones, seguros o mutualidades y en los salarios en caso de enfermedad.  En concreto, las cotizaciones sociales se situaban en 2014 alrededor de 36 euros por cada 100 euros de sueldo bruto, cifra que supera en un 16% al promedio de la Unión Europea.

El quid de la cuestión, según los expertos, es que si las empresas españolas pagaran unas cotizaciones más reducidas, sería mucho más sencillo crear empleo y aplicar subidas de sueldo. Algo que, sin duda, también afecta directamente a los trabajadores en activo.

La Rioja y Cataluña, los dos extremos

A pesar de que, en términos generales, los españoles celebrarán el Día de la Liberación Fiscal el próximo 30 de junio (un día antes que el año pasado), lo cierto es que el estudio recuerda que los impuestos que paga un trabajador medio no son los mismos en todo el territorio. La Rioja es la región con la menor presión fiscal, mientras que Cataluña es la que exige el mayor esfuerzo tributario.

Como consecuencia, el día de la liberación para los riojanos se adelanta al 27 de junio, mientras que la de los catalanes se retrasa al 4 de julio.

No verás ni un euro de tu sueldo hasta julio: todo se lo queda Hacienda y la Seguridad Social
“Para un ciudadano medio, vivir en Cataluña costaría 7 días más de trabajo al año y 613 euros extra en comparación con un residente riojano. La razón de esta diferencia es que el Impuesto sobre la Renta y la mayoría de los impuestos locales (particularmente el IBI de Barcelona) están por encima de la media", insiste el estudio.

En cambio, añade, "los contribuyentes de La Rioja se ven beneficiados por la falta del gravamen autonómico sobre la Venta Minorista de Hidrocarburos y por los menores impuestos municipales como el IBI o el Impuesto de Circulación. El Impuesto sobre la Renta también es reducido en esta región. De este modo, los contribuyentes se ahorran en torno a 240 euros al año en impuestos”.

Los impuestos autonómicos, por tanto, son los que acaban determinando la fecha de la liberación fiscal, que en Castilla-La Mancha y Cantabria es el 2 de julio y en la Comunidad Valenciana, el 1. Sin embargo, en Canarias, País Vasco, Andalucía, Castilla y León, Galicia y Murcia están entre el 28 y el 29 de junio; esto es, por debajo de la media nacional, donde se sitúan regiones como Madrid, Navarra, Baleares, Extremadura o Aragón.
http://www.idealista.com/news/finanzas/fiscalidad/2016/05/25/742239-no-veras-ni-un-euro-de-tu-sueldo-hasta-julio-todo-se-lo-quedan-la-seguridad-social-y#xts=352991&xtor=EPR-75-%5Besta_pasando_20160526%5D-20160526-%5Bm-07-leermas-node_742239%5D-25534561@3

miércoles, 6 de abril de 2016

¿Sabe cuántas personas viven solas? ¿o cuántas parejas de hecho existen hoy?


Laia Julbe 6/04/2016 - 13:21 ElEconomista
  • El INE publica una completa radiografía de los hogares españoles

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El número de hogares en España volvió a aumentar durante 2015 hasta un total de 18,3 millones. En concreto, el año se cerró con 43.100 más que el año anterior, según la encuesta que ha hecho hoy pública el Instituto Nacional de Estadística (INE). De ella se desprenden muchos datos que permiten configurar una buena radiografía del hogar español. Algunos muy curiosos.


En primer lugar hay que destacar que el incremento en el número de hogares se produjo como consecuencia de la reducción del número de personas que viven en cada hogar. Los hogares más frecuentes en 2015 seguían siendo los formados por dos personas (30,6% del total). Le siguieron los unipersonales (25%) y los compuestos por tres personas (21%).

Los hogares más pequeños (de una o dos personas) volvieron a crecer en número. El mayor incremento se dio en los hogares de una persona, que ascendió a 4,5 millones, con un incremento del 1,1% respecto a 2014.

Contextualizados estos datos, ¿qué curiosidades sobre los hogares españoles recoge la encuesta del INE?
- Por ejemplo, que el número de hogares formados en torno a parejas, de derecho o de hecho, era el más numeroso en 2015, con 10,1 millones.

- Atendiendo al número de hijos que viven con la pareja, en España había 3,87 millones de hogares formados por parejas sin hijos, 2,91 millones de parejas con un hijo y 2,78 millones de parejas con dos hijos. Unas 569.000 parejas vivían con tres o más hijos.

- Las parejas casadas supusieron el 85,5% del total en 2015 y las parejas de hecho el 14,5%. El número de parejas de hecho aumentó un 1,6%, mientras que el de parejas casadas bajó un 2,2%.

Emancipación

- Una de cada tres de las 5,7 millones de personas entre 25 y 34 años todavía no se había independizado en 2015. Lo más frecuente era que vivieran con sus padres o con alguno de ellos (36,1%), en pareja con hijos (23,4%) o en pareja sin hijos (20,3%).

Personas mayores

Otra de las curiosidades que menciona la Encuesta respecto a la forma de convivir de los mayores de 65 años es que el número de personas por encima de esa edad que vivían en pareja con hijos aumentó un 6,9% en 2015.

- También se incrementaron los mayores que vivían sin pareja pero con hijos y los que vivían con otros parientes que no son su pareja ni sus hijos (3,5% en ambos casos).
- En cualquier caso, la forma de convivencia más común en las personas de 65 o más años que vivían en viviendas familiares en 2015 era en pareja sin hijos en el hogar (45%), seguida de solas (22,4%) y en pareja con hijos (15,4%). Entre las personas de 85 y más años la forma más común era vivir solas (el 34,2% del total).

Hogares unipersonales

- De los 4,5 millones de hogares unipersonales que hay en España, un 40,6% correspondía a personas de 65 o más años que vivían solas. Y, de ellas, un 72,9% estaba formado por mujeres.

¿Y qué ocurre con las personas menores de 65 años que vivían solas? La mayoría eran hombres (1,6 millones). Por su parte, las mujeres menores de 65 años que residían solas eran 1,1 millones.
- Respecto al estado civil, en el caso de los hombres los hogares unipersonales más frecuentes estaban formados por solteros (59,8%) y en el de las mujeres por viudas (48,1%).

- Por edades, el 40,9% de las mujeres mayores de 85 años vivían solas, frente al 21,4% de los hombres.
- Los hogares monoparentales, es decir, los que están formados por uno solo de los progenitores con hijos, estaban mayoritariamente integrados en 2015 por madre con hijos (1,5 millones frente a 355.700 de padre con hijos).

- En un 38,5% de los hogares de madres con hijos ésta era viuda, en un 36,4% separada o divorciada, en un 13,1% soltera y en el 12,1% casada. Por edad, el 75,7% de los 201.300 hogares de madre soltera con hijos estaba formado por mujeres de 35 o más años.

Hogares más poblados por CCAA

¿Sabía que las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla presentaron los hogares más poblados, con más de tres personas en ambos casos? A continuación se situaron Murcia (2,73 personas) y Andalucía (2,62).
- En el extremo opuesto figuraron Asturias (2,26 personas por hogar), Castilla y León (2,35) y País Vasco y La Rioja (2,39 ambos).

Otro dato: las ciudades autónomas de Melilla y Ceuta y Murcia presentaron los mayores porcentajes de hogares de cinco o más miembros.

Por el contrario, Asturias, Castilla y León y País Vasco tuvieron los menores. Asturias fue la comunidad con mayor porcentaje de población viviendo sola en 2015.

¿Propietario o en alquiler?

- En 2015 el 77,3% de los hogares ocupaba viviendas en propiedad, tanto con pagos pendientes como sin ellos. Este porcentaje era algo inferior al 78,0% de 2014.

- Por su parte, los hogares que viven en alquiler pasaron de ser el 16,6% del total en 2014 al 17,5% en 2015.