26 mayo 2016
La mitad de lo que ganas a lo largo de un año por tu trabajo es para cumplir con la Seguridad Social y Hacienda. Así de claro… y así de duro.
Para un trabajador medio en España, cumplir con sus obligaciones exige 181 días de trabajo,
lo que significa que todos los ingresos que consigue durante la mitad
del ejercicio no pasan por su bolsillo. En realidad, y quitando los
compromisos fiscales y de la Seguridad Social, solo se queda para sí el
sueldo equivalente a 184 días.
Ésta es la conclusión a la que llega el informe que han presentado esta semana la Unión de Contribuyentes y la Fundación para el Avance de la Libertad, que sitúa el famoso Día de la Liberación Fiscal el próximo 30 de junio.
“El Tax Freedom Day, como se conoce en el mundo anglosajón,
es la fecha a partir de la cual los ciudadanos comienzan a trabajar para
sí mismos. El Día de Liberación Fiscal traduce el esfuerzo fiscal en el
número de días necesarios para pagar los impuestos (directos e
indirectos) y las cotizaciones a la Seguridad Social”, explica el
estudio.
¿Y a dónde ha ido a parar todo el dinero que hemos ganado en lo que
llevamos de año? Casi todo va destinado a pagar las cotizaciones
sociales (para ello necesitamos más de tres sueldos), aunque a los
impuestos hay que dedicar una cifra nada desdeñable: casi 80 días de
trabajo (es decir, más de dos meses).
“Un trabajador con un sueldo medio anual de 24.400 euros brutos destina 102 días a pagar cotizaciones a la Seguridad Social y 79 a pagar impuestos (37
al IRPF, 25 al IVA, 12 a impuestos especiales y 5 a otros impuestos).
En total, dedica 181 días de su trabajo (15.706 euros) a pagar a la
Administración”, detalla.

Vistas las cifras, y teniendo en cuenta que estamos a finales de
mayo, podríamos decir que con las retribuciones que hemos recibido por
el trabajo realizado hasta la fecha hemos saldado nuestra ‘deuda’ anual
con la Seguridad Social, hemos pagado el IRPF e incluso otros impuestos como el IBI,
la tasa de basuras o el impuesto de circulación. Sin embargo, aun
tenemos pendiente abonar el IVA correspondiente a este ejercicio y los
impuestos especiales (gasolina, tabaco, alcohol, impuesto de
electricidad…) y, para ello, tendremos que trabajar hasta el próximo 29
de junio.
Pero, ¿cómo es posible que un español medio llegue a pagar más de
15.000 euros en impuestos con un sueldo bruto de apenas 24.000? El
estudio responde que “en realidad, el coste laboral de este trabajador
es de 31.696 euros”. Esto significa que parte de este gasto lo sufragan
las empresas, que deben desembolsar una de las cotizaciones sociales más
altas de Europa por cada uno de sus empleados.
“Las cotizaciones patronales (que no aparecen en el sueldo bruto)
hacen opaco el sistema fiscal. Los trabajadores ignoran que la empresa
aporta a la Seguridad Social el equivalente a 84 días de trabajo, 7.296
euros por encima del salario bruto. Así, el valor real del trabajador (o
el coste laboral para la empresa) es en realidad de 31.696 euros”,
recalca el informe.
Según calcula la consultora Adecco, España es el séptimo país europeo donde las empresas se gastan más dinero en
pagar las cuotas a la Seguridad Social, las aportaciones a planes de
pensiones, seguros o mutualidades y en los salarios en caso de
enfermedad. En concreto, las cotizaciones sociales se situaban en 2014
alrededor de 36 euros por cada 100 euros de sueldo bruto, cifra que
supera en un 16% al promedio de la Unión Europea.
El quid de la cuestión, según los expertos, es que si las empresas
españolas pagaran unas cotizaciones más reducidas, sería mucho más
sencillo crear empleo y aplicar subidas de sueldo. Algo que, sin duda,
también afecta directamente a los trabajadores en activo.
La Rioja y Cataluña, los dos extremos
A pesar de que, en términos generales, los españoles celebrarán el
Día de la Liberación Fiscal el próximo 30 de junio (un día antes que el
año pasado), lo cierto es que el estudio recuerda que los impuestos que
paga un trabajador medio no son los mismos en todo el territorio. La Rioja es la región con la menor presión fiscal, mientras que Cataluña es la que exige el mayor esfuerzo tributario.
Como consecuencia, el día de la liberación para los riojanos se
adelanta al 27 de junio, mientras que la de los catalanes se retrasa al 4
de julio.

“Para un ciudadano medio, vivir en Cataluña costaría 7 días más de
trabajo al año y 613 euros extra en comparación con un residente
riojano. La razón de esta diferencia es que el Impuesto sobre la Renta y
la mayoría de los impuestos locales (particularmente el IBI de
Barcelona) están por encima de la media", insiste el estudio.
En cambio, añade, "los contribuyentes de La Rioja se ven beneficiados
por la falta del gravamen autonómico sobre la Venta Minorista de
Hidrocarburos y por los menores impuestos municipales como el IBI o el
Impuesto de Circulación. El Impuesto sobre la Renta también es reducido en esta región. De este modo, los contribuyentes se ahorran en torno a 240 euros al año en impuestos”.
Los impuestos autonómicos, por tanto, son los que acaban determinando
la fecha de la liberación fiscal, que en Castilla-La Mancha y Cantabria
es el 2 de julio y en la Comunidad Valenciana, el 1. Sin embargo, en
Canarias, País Vasco, Andalucía, Castilla y León, Galicia y Murcia están
entre el 28 y el 29 de junio; esto es, por debajo de la media nacional,
donde se sitúan regiones como Madrid, Navarra, Baleares, Extremadura o
Aragón.