Cerco a la Seguridad Social: ya sólo hay 2,2 cotizantes por cada pensionista
El secretario de Estado de la Seguridad Social, Octavio Granado.
@Carlos Sánchez - 08/04/2010
El largo periodo recesivo que vive la economía española -siete trimestres consecutivos con contracción del pib- comienza a pasar factura a la Seguridad Social. Y lo hace, precisamente, en el pilar fundamental del sistema público de pensiones en el marco de un modelo de reparto: la relación entre ocupados y pensionistas.
Los datos más recientes de la Seguridad Social reflejan, en concreto, que la relación entre afiliados con empleo y número de pensionistas ha caído hasta 2,22 veces. O lo que es lo mismo, 17.479.448 ocupados pagan el retiro de 7.849.265 pensionistas. Se trata de la relación más baja desde 2001, lo que refleja el intenso deterioro de esta variable.
La causa tiene que ver, lógicamente, con el fuerte proceso de destrucción de empleo que vive la economía española. Y que ha supuesto una auténtica sangría en el número de ocupados. Desde el máximo histórico alcanzado en julio de 2007 (19.493.051 cotizantes con empleo) la Seguridad Social ha perdido algo más de dos millones de afiliados en situación de alta laboral, lo que da idea del espectacular quebranto que está produciendo la crisis económica en el sistema público de pensiones.
Lo peor, sin embargo, puede estar por venir. Los datos se refieren al mes de marzo, pero las previsiones para lo que queda de año no son halagüeñas. Tanto el Banco de España como el propio Gobierno han previsto que en 2010 (media anual) se destruyan entre 300.000 y 400.000 empleos; mientras que, por el contrario, el número de pensiones en vigor crecerá un 1,82%, según las previsiones del Ejecutivo. Es decir, que la Seguridad Social tendrá que hacer frente este año al pago de 157.000 nuevas pensiones (el número de pensionistas y el de pensiones no coincide debido a que un mismo trabajador puede ser beneficiario de dos o más pensiones).
Esto significa que se producirá un deterioro adicional de la principal ratio de sostenibilidad del sistema, salvo que la economía española vuelva a crear empleo. Pero no a un ritmo cualquiera. Para que la relación se recupere la economía debe ser capaz de crear al año más de 150.000 puestos de trabajo.
Una cifra engañosa
Los datos que ofrece mensualmente la Seguridad Social reflejan que la relación afiliados-pensionistas se sitúa en 2,61 veces, pero esta cifra es engañosa toda vez que incorpora más de tres millones de parados. En concreto, 3.005.890 desempleados. Se trata, en este caso, de la cifra más alta jamás alcanzada por la Seguridad Social, y triplica a la que se registraba en 2003.
Estos trabajadores en paro cotizan para poder cobrar su pensión a través del Servicio Público de Empleo Estatal, y por eso las cuentas de la Seguridad Social no se ven tan afectadas por la degradación del mercado de trabajo (aunque sí el Estado, que es quien debe pagar las cuotas). Sin embargo, a medida que esos trabajadores en paro agotan sus prestaciones dejan de pagar cotizaciones, por lo que lo relevante es el número de afiliados ocupados y no tanto el total de afiliados (que incorpora a los parados).
Para llegar a esta conclusión hay que tener en cuenta, además, que buena parte del desempleo actual se concentra en trabajadores mayores de 45 años, cuyas dificultades para reinsertarse en el mercado laboral son mayores. Y no hay que olvidar que en esta situación se encuentran nada menos que 1.038.400 trabajadores. Es decir, que uno de cada tres parados es mayor de 45 años. Incluso entre los mayores de 55 años el desempleo alcanza un 12,39% de la población activa, y ni que decir tiene que sus probabilidades de encontrar un puesto de trabajo son muy limitadas.
De hecho, la tasa de empleo entre los mayores de 55 años (ocupados en relación a la población total) se situaba en el cuarto trimestre de 2009 en un raquítico 18,6%, lo que da idea de las dificultades de inserción laboral.
El deterioro del mercado laboral está siendo tan intenso que nada menos que el 14,7% de los afiliados a la Seguridad Social está en paro. Se trata de una tasa ya claramente superior al 12,7% registrado en 1993, y que marca los peores momentos del sistema público de pensiones en muchos años. También por la virulencia de la crisis económica. Hay que tener en cuenta que por esas fechas se rompió por primera vez a la baja la barrera de los dos cotizantes por cada pensionista, que para muchos especialistas en pensiones marca la frontera de la viabilidad del sistema público de pensiones. Se considera que si la ratio baja de ese nivel, el modelo es simplemente insostenible. Y en 1993 se llegó a 1,90 cotizantes con empleo por cada pensionista.
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