viernes, 31 de agosto de 2012

Un análisis coyuntural del saldo neto de Exportaciones

Volumen Total de Exportaciones e Importaciones los últimos 10 años, gráfico elaboración propia

Hoy vamos a realizar un análisis de dos indicadores que se están comportando de forma muy curiosa en España durante esta crisis: el saldo neto de exportaciones e importaciones y la evolución del IPC e inflación subyacente.

Variación (%) Exportaciones
e Importaciones
Por un lado, tenemos los datos de variación anual de saldo de exportaciones e importaciones, en volumen (a precios corrientes) que nos ofrece el Ministerio de Economía y Competitividad cada viernes en su Boletín de Coyuntura Semanal (este de aquí es del 24 de agosto). Está claro que hay una evolución tendente a incrementar las exportaciones mientras que las importaciones siguen en números negativos y con tendencia también pésima. Recordemos que el saldo neto de exportaciones (Exportaciones - Importaciones) es un agregado del Producto Interior Bruto, un agregado del gasto nacional. Por tanto, podemos decir que si las exportaciones son mayores que las importaciones el PIB nacional se verá beneficiado (cosa que es verdad); pero no podemos parar nuestro análisis ahí. Porque de hecho, en los componentes agregados del PIB que el propio Mineco nos ofrece también cada semana vemos como la Demanda Externa es la que tira con fuerza de nuestra producción mientras que la interna se hunde en el caos más profundo.
Demanda nacional y externa en el PIB
Antes de analizar la situación actual de las exportaciones netas, hemos de pararnos para hacer un comentario a su evolución en los últimos años. En el primer gráfico vemos una evolución muy clarificadora de lo que ha ocurrido en este país con las exportaciones e importaciones en los últimos años. Me interesan más las evoluciones deflactadas (es decir, a precios constantes) que las corrientes. Si nos fijamos, las importaciones subieron durante la burbuja, pero aún más a precios constantes debido a una fuerte necesidad de recursos con los que aquí no contábamos para mantener el tejido productivo de una España constructora. Además, esos recursos fueron traídos a través del incremento del apalancamiento de los agentes privados, lo que las hizo caer drásticamente una vez estalló la crisis. De hecho, las importaciones a precios constantes sirven de indicador procíclico adelantado de los que tanto le gustan a mi profesor Justo Sotelo. Los efectos de una caída lenta de la inflación minimizaron la caída de las importaciones a precios constantes, pero el nivel con el que vivíamos en burbuja es irrecuperable. Tal y como se ve en los dos gráficos siguientes (deflactor de las importaciones e importaciones a corrientes y constantes) se entiende perfectamente el análisis. Ahora mismo, si unimos la fuerte caída fruto de un nivel de importaciones sólo posible en burbuja -a menos que creásemos valor añadido- junto con el empobrecimiento de la Demanda Nacional (aunque el gráfico nos enseñe un repunte de la misma, la tendencia sigue siendo negativa, y más debido al efecto Laffer que provocará la subida del IRPF y del IVA) tenemos que las importaciones seguirán en negativo, o prácticamente estancadas, siendo objeto de análisis las exportaciones.

Total Importaciones a precios constantes y corrientes (Gráfico 1)
Evolución (%) del deflactor de las importaciones (Gráfico 2)
El análisis que debemos hacer es: ¿qué hace incrementar nuestras exportaciones? ¿Nos hemos vuelto más competitivos? ¿Nuestros productos han mejorados? ¿Hemos aumentado la productividad? ¿Creamos mayor valor añadido? No, no, no, no y no. Las exportaciones no aumentan por ninguna de estas razones. Si alguna de estas causas se estuviera dando en la actualidad -si fuéramos más productivos o si creásemos más valor añadido- estaría entrando capital extranjero en España, se estaría mejorando nuestro tejido productivo, empezaría a crecer la demanda de empleo y comenzaría a subir el Producto Interior Bruto. Más bien está creciendo, o ha crecido, el PIB de los países que nos compran productos, los cuales ahora ven en España una oportunidad para adquirir aquí bienes y servicios y llevarlos fuera. ¿Por qué? Porque en España hemos llevado a cabo lo que yo llamo la “devaluación social”.
Las exportaciones han seguido un comportamiento similar al de las importaciones, pero resultaba muy curioso que no las superasen durante la burbuja. Está claro que si vivíamos “el milagro económico español” nuestros productos tendrían que ser competitivos y por tanto tendríamos que exportar más de lo que importamos, o al menos aumentar más rápido nuestras exportaciones que nuestras importaciones. Está claro que aquí no se estaba haciendo nada competitivo y que los retornos -TIR de la inversión- no eran suculentos para los agentes extranjeros. Éstos veían que los costes (tanto económicos como de oportunidad de nuestros activos) no iban a ser superados por la satisfacción que les iba a reportar. Entonces, ¿ahora porqué sube? Ahora sube porque están bajando esos costes, no porque aumente el retorno que recibe el comprador. Bajan los costes porque cae el mercado laboral, y al haber una fuerte demanda contra escasa oferta los salarios -nominales y reales- caen lo que permite obtener mayores rendimientos. Caen los precios de factores de producción. 

Total exportaciones a precios constantes y corrientes (Gráfico 1)
Evolución (%) del deflactor de las exportaciones (Gráfico 2)
Eso ha estado ocurriendo hasta prácticamente el primer trimestre de 2012 y nuestro PIB se ha mantenido sin caer estrepitosamente gracias a este saldo de exportaciones. Ahora, el Gobierno “que nos sacará de la crisis” ha subido los impuestos de todos los sectores y para todas las personas, lo que aumentará los costes de la venta interna (debido al IVA) y forzará a una mayor exportación de productos de empresas. El Estado español no puede devaluar la moneda, pero está logrando un efecto similar en la balanza exterior.
El posible repunte de la inflación
El segundo indicador que os quería comentar es el que vemos en el gráfico adjunto.
¿Está repuntando la inflación? Puede ser y sería comprensible debido al encarecimiento eléctrico, a la no bajada de los precios de vivienda y alquileres, al encarecimiento energético y a las subidas tributarias que se van traduciendo ya a precios de una u otra manera. ¿Está constatando esto la teoríá de la monetización de la deuda? No, son unos niveles de inflación muy bajos y controlados como para alarmarse, ni siquiera para hablar de estanflación pese a la caída del PIB. ¿Entonces, se equivocan los austríacos con su teoría de expansión crediticia? Eso es lo que defiende Krugman y lo que ha estado publicando en el New York Times esta semana, en la que ha sacado su poderío económico hablando del Modelo IS-LM (en un gracioso artículo que tituló: IS-LMentary) de la inflación e invitando a Bernanke a aumentar su política proactiva monetaria. Sin embargo, la crítica de estos artículos la dejamos para siguientes post. 
¡Buena Suerte!
 

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