


Una ecuación habitacional sin resolver. El primer ejecutivo de Zapatero, tras 2 años de promesas en la oposición, encargó a María Antonia Trujillo resolver el sudoku del sector inmobiliario en España. Muchas viviendas en propiedad (90%), pocos pisos en alquiler, y un flujo de inmigración incesante que presionaba los precios al alza, al revalorizar indirectamente todo el parque de infraviviendas. En los últimos 30 años sólo se habían construido 10 millones de viviendas en todo el país, y buena parte de ellas en el litoral, para fines turísticos. La flamante Ministra de la Vivienda anunció sin dilación que había encontrado una solución habitacional al famoso sudoku. Pisos de 25 metros para todos, para desatascar la demanda de viviendas a precio reducido. Un Plan como una torta. Por imperativo ideológico, se negó a tener en cuenta uno de los pocos axiomas válidos de la ciencia económica: la falsa moneda desplaza la verdadera. En no pocos casos, las chabolas alquiladas a los nuevos inmigrantes se pagaban más caras que las viviendas a estrenar en los nuevos barrios a los que se desplazaba parte de la clase media española.
Lo cierto es que el “sudoku” no tenía solución, pero hay que reconocer que la Ministra María Antonia Trujillo le echó horas y mucha imaginación. Creó uno de los organismos públicos más ruinosos que se recuerdan – La Sociedad Pública de Alquiler – y pasará a la imperecedera historia política de la nación por regalar a los jóvenes sin vivienda un par de zapatillas KeliFinder, en una suerte de canje de calabazas a lo “1...2...3...”. Peor consideración merece la aprobación de una Ley del Suelo destinada, casi sin disimulo, a arruinar el sector inmobiliario. En los 3 años que llevó la cartera de Vivienda, la Ministra peor valorada del gobierno originó un gasto presupuestario de 6.000 millones de euros.
Con la lección aprendida, Zapatero se instaló en la mala fé, e hizo del inútil y caro Ministerio de la Vivienda, el cuartel general para la Propaganda General del nuevo régimen. Prometió construir 150.000 Viviendas de Protección Oficial cada año de legislatura. Nombró a la joven Carme Chacón para el ínterin electoral, y con cargo a los Presupuestos Generales, la nueva ministra tiró de talonario y ofreció cheques-regalos de 200 euros mensuales para todos los jóvenes en régimen de alquiler. Durante su breve mandato, consiguió lo que Trujillo no había logrado por la férrea oposición de Pedro Solbes, que se modificaron las series estadísticas sobre vivienda que dependían de Fomento. Régimen nuevo, estadísticas nuevas, con el pretexto de que “las viejas” servían para alimentar una demanda artificial.
La última etapa del Ministerio de la Vivienda fue tal vez la más esperpéntica. El asesor personal de Zapatero, Miguel Sebastián, consiguió poner al frente del Ministerio a una persona de su máxima confianza: Beatriz Corredor. Desde entonces, no se ha vuelta a saber de ella, una ministra a la que debemos agradecer su gran discreción. Al contrario que sus predecesoras, adictas a los focos, la nueva Ministra de la Vivienda se ha mantenido en todo momento en un segundo plano. No ha dado un mal titular en estos dos años y medio, ni siquiera cuando se producía el formidable colapso de todo el sector constructor en España. El coste global del Ministerio, desde su fundación, supera los 12.000 millones de euros. No se ha conseguido mayor facilidad en el acceso a la primera vivienda. Todo lo contrario.

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