viernes, 31 de mayo de 2013

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España deja escapar a algunos de los mejores científicos de Europa por un tercio de lo que cobra un concejal en Madrid




a evaluación de un programa para recuperar cerebros fugados cada vez más mermado despierta las críticas entre los investigadores. El programa Ramón y Cajal ha perdido casi la mitad de sus plazas desde que se creó


Manifestación contra los recortes en I+D / Manuel Ansede
La semana pasada, ocupó un espacio destacado en casi todos los medios de España que a Diego Martínez Santos, un investigador español que acababa de recibir el premio de la Sociedad Europea de Física al mejor joven físico de partículas del año, le habían denegado un contrato del programa Ramón y Cajal, creado para recuperar cerebros del extranjero. Martínez Santos, que trabaja en Ámsterdam, no es el único físico que no ha logrado una de esas ayudas y, posiblemente, ni siquiera el que tiene mejor curriculum de los que se han quedado fuera.

El Gobierno español no puede ofrecer un contrato a jóvenes como Jonay González, un investigador del Instituto Astrofísico de Canarias que, con 33 años, ya ha liderado un trabajo que fue portada de Nature, la revista científica más prestigiosa del mundo. Tampoco tiene capacidad para retener el talento del físico alemán del Instituto de Física Interdisciplinar y Sistemas Complejos (CSIC/UIB) de Palma de Mallorca Daniel Brunner, que con 31, ya ha publicado en la propia Nature, en Science y en Physical Review Letters. Y lo mismo sucede con Marian Tórtola, del Instituto de Física Corpuscular (CSIC/UV) de Valencia, que recibió en 2009 el premio a la mejor investigadora novel en la modalidad de Física Teórica por la Real Sociedad Española de Física (RSEF) y la Fundación BBVA, y forma parte del consejo editorial de una de las mejores revistas científicas de su campo, entre otros méritos. Y estos son solo algunos casos.

Ninguno de ellos ha logrado uno de los 175 contratos que ofrece el programa Ramón y Cajal, creado para atraer a cerebros fugados y retener el talento científico que ya está en España. Si lo hubiesen conseguido, el Gobierno tendría que proporcionar a estos científicos de categoría mundial un sueldo de 33.720 euros anuales, aproximadamente un tercio de lo que cobra, por ejemplo, un concejal del Ayuntamiento de Madrid. A esa cifra habría que añadir 40.000 euros para cubrir durante cuatro años los gastos relacionados con el desarrollo de su investigación y 100.000 más para ayudar a crear para ellos un puesto de trabajo en el centro de investigación o la universidad correspondiente al final de su contrato. En total, el programa, que dura cinco años, tiene un coste de 54 millones de euros, mucho menos, por ponerlo en contexto, que los 68,7 millones de euros que recibió solo José Ignacio Goirigolzarri cuando abandonó su puesto de consejero delegado en el BBVA o los 88,1 que se embolsó su homólogo en el Santander, Alfredo Sáenz.

 

Descontento con la evaluación


El programa Ramón y Cajal ha visto reducido su número de plazas desde las 800 con que arrancó en el 2000, hasta las 175 que se han convocado para este año y que quedarían en 400 si se le suma el programa Juan de la Cierva, una escisión del Ramón y Cajal original, peor dotada, para investigadores con menos experiencia. A las dificultades por la reducción de plazas, el descontento entre quienes no han logrado ser seleccionados, en particular en el campo de la física, se ha agravado este año por la forma en que se ha explicado la decisión. La evaluación se ha realizado en dos partes: cuatro apartados en los que evaluadores externos valoraban las aportaciones científicas del candidato y su participación en centros y proyectos internacionales y un quinto, valorado por un comité en el que se incluían miembros del Ministerio de Economía y Competitividad, en el que se tenía en cuenta el potencial de liderazgo y la relevancia internacional del investigador.
Científicos a los que se evaluaba como mediocres tenían la misma puntuación que otros con reconocimiento apreciable
Varios investigadores de gran nivel, como los mencionados antes, lograron puntuaciones por encima del 90% en los cuatro primeros apartados. Sin embargo, todos ellos suspendieron en el quinto, donde solo obtuvieron 9,9 puntos sobre 20. Esa llamativa coincidencia, décima incluida, no se corresponde además con la explicación que ofrecen los evaluadores para justificarla. En el caso de Martínez Santos, por ejemplo, se afirma que “el solicitante ha alcanzado en su campo un nivel de relevancia internacional algo menor que el de investigadores de edades similares a la suya”. El físico español merece, en opinión de los evaluadores, una puntuación idéntica a la que recibe Brunner, al que sin embargo se valora mucho mejor diciendo que, dada su edad, “el candidato disfruta de un reconocimiento apreciable por parte de la comunidad investigadora”. A Jonay González, que tiene una puntuación global aún superior a la de Brunner, se le valora en términos menos entusiastas afirmando que “el solicitante ha alcanzado en su campo un nivel de relevancia internacional comparable al de investigadores de edades similares a la suya”.
Desde la Administración se justifica la falta de precisión con la necesidad de no retrasar las convocatorias
El comité responsable del último punto de la evaluación, en el que hay representantes de la Secretaría de Estado de I+D+i, contraviene los mismos mandatos que ofrece a los evaluadores, donde se afirma que “el informe debe ser claro, estar bien argumentado y ser coherente con la puntuación”. Esta ambigüedad ha dejado una sensación de estupor en investigadores como Brunner. “Es normal que si solicitas una beca tan competitiva, no siempre ganes, porque hay gente muy buena”, afirma. “Pero aunque no recibas la beca, puedes utilizar la evaluación para mejorar en el futuro”, añade. “A mí —continúa Brunner— en toda la evaluación me dicen que soy muy bueno, y en la última parte, también, pero después me quitan la mitad de los puntos. Leo eso y no sé qué mejorar, qué puedo  hacer el próximo año”, concluye.

 

Evaluación minuciosa, en parte


El director de la Agencia Nacional de Evaluación y Prospectiva (ANEP), Julio Bravo, responsable de la evaluación de los candidatos, explica cómo la criba de los aspirantes ya se produjo en los primeros cuatro apartados, realizada por una comisión de expertos en cada área específica. Después, las valoraciones de los candidatos llegaron a un segundo comité,  la comisión multidisciplinar de Ciencias Básicas, en el que se reunieron evaluadores, que también lo habían sido en la primera fase, de física, matemáticas, química y ciencias de la tierra. Allí, se fijó la puntuación del último apartado y se otorgaron puntuaciones hasta un máximo de 20. Sin embargo, según cuenta Bravo, con las valoraciones de la primera fase ya se sabía quienes tenían posibilidades de lograr un contrato y quienes no. Entre los primeros, se afinó en el escrutinio para decidir quiénes eran por fin los elegidos, pero no se dio tanta relevancia a la precisión en la evaluación de los que ya estaban descartados.
“Muchos de los que aspiran a estos contratos les dan veinte vueltas a los miembros de tribunales en las universidades”
Bravo justifica la falta de la meticulosidad y las posibles incoherencias en la evaluación del quinto punto diciendo que esos candidatos no tenían ya posibilidades y que haber sido más minucioso con ellos habría alargado el proceso y retrasado la resolución, un problema que a largo plazo puede hacer desaparecer años de ayudas. Un evaluador del área de física, que mantiene que “los que han obtenido los contratos son los mejores atendiendo a los criterios de la convocatoria”, reconoce que eso no justifica que el mismo dato se defienda con frases tan diversas y entiende el malestar de los investigadores. El científico cree que estas incoherencias son fruto del “experimento” que se ha realizado este año al reunir en una última etapa disciplinas tan diversas que son muy difíciles de valorar con criterios homogéneos.

Otro experto que conoce bien el proceso afirma que el verdadero drama es la escasez de plazas para un programa que ofrece contratos a investigadores de un enorme nivel. En su opinión, “muchos investigadores que aspiran a estos contratos les dan veinte vueltas a los miembros de tribunales en las universidades” y “no van a realizar trabajos que lo que hacen muchas veces es quitarle la vocación a los investigadores”, en referencia a otro tipo de becas. Bravo cree que “hasta el 50% de los investigadores que se presentan al Ramón y Cajal podrían tener una plaza en el CSIC, en universidades y dirigir proyectos”. Sin embargo, concluye, “las circunstancias del país son las que son”.

jueves, 30 de mayo de 2013

Pues eso y con pocas palabras


Señores Diputados ¿cuánto vale un café? ¿Es que no hay venguenza?.

Autor: Remo
Desde ayer corren como la pólvora las críticas a la limitación de los precios que pagarán los Diputados en el servicio de cafetería del Congreso que se ha realizado en el pliego de contratación de este servicio. Este pliego de condiciones de contratación tiene dos características muy importantes: la primera la limitación de los precios máximos de todos los artículos que se van a vender, blindando dichos precios hasta de las hipotéticas subidas del IPC
 
Muchos de los que critican estos dispendios, son los mismos que corren raudos y veloces al auxilio público, a ordeñar el presupuesto sea por donde sea, a la caza de la subvención y a los que te justifican cualquier otro gasto público que se realiza porque es imprescindible, porque está comprometido con organismos internacionales o porque cuando nos afecta directamente, el esquema de prioridades cambia sustancialmente. Ahí entonces, si estamos de acuerdo con que nos subvencionen a todos los gintonics, los cafés y el jamón de bellota. Hipocresía hispánica en estado puro en la mayoría de las críticas que no dejan de mamar de la teta del Estado.
La segunda, la subvención que se asigna para el hostelero que se adjudique dicho servicio, que recibirá una subvención máxima de 4.287.500 euros (IVA no incluído)por prestar este servicio y limitar los precios. Como no podía ser menos, las críticas a las subvenciones en bebidas alcohólicas no se han hecho esperar porque nuestros Diputados y todos aquellos que accedan a la cafetería del Congreso, disfrutarán de copas al módico de precio de 3,45 euros o cafés a 85 céntimos. Ahora, todos los mortales entendemos de dónde se sacaba Zapatero el café a 80 céntimos.

Se ha puesto de moda auditar el dinero público y me parece perfecto que se haga, aunque estas críticas se deberían dirigir también contra aquellos eventos pagados con dinero público con destino dudoso que sirven para tapar bocas, que se critiquen absolutamente todos los dispendios festivos que realizan las diferentes administraciones en los que corre la comida y bebida a cargo del erario público.

Y si seguimos criticando, que se ponga el dedo en la llaga también en la financiación pública que se usa para suplir algunos proyectos empresariales, que se critique seriamente el uso privado que se realiza del patrimonio público como son viviendas, vehículos oficiales, gastos de escoltas o eventos privados que requieren despliegues de seguridad y sanidad pública equiparable a un acontecimiento de interés general cuando no deja de ser un evento privado de un político o allegado.


 
En El Blog Salmón | No con mi dinero

La curva de Laffer y el gasto público

RamonFD, 28 de Mayo de 2013. Leer más en GurusBlog



curva laffer
Cuando oímos hablar a economistas de la curva de Laffer, suelen explicar sólo la relación entre los tipos impositivos y la recaudación fiscal. Se explica que cuando los tipos impositivos son tan altos que resultan confiscatorios se produce un desincentivo para obtener más rentas e incluso se incita a entrar en la economía sumergida. En dos palabras,se reduce la actividad declarada al fisco y se reduce la recaudación fiscal. En esta situación está claro que es necesario que se reduzcan los tipos impositivos para aumentar la recaudación fiscal y reducir la economía sumergida.

Los economista muchas veces no hacemos hincapié a otra consecuencia que tiene reducir tipos impositivos, y que es tan importante como el aumento de la recaudación y reducción de la economía sumergida. Me estoy refiriendo a que la bajada de tipos impositivos hace que las empresas sean más competitivas, con lo cual están más incentivadas a aumentar la actividad económica y el empleo. Lo interesante de esta acción es que contribuye a reducir el paro además de que aumente la recaudación.
¿Y qué efecto tiene a su vez tener más actividad económica y menos paro?

1º-Aumentan los cotizantes a la seguridad social y se reducen las prestaciones por desempleo, con lo cual el gasto público se reduce. Este es el otro efecto deseable de una reducción de tipos impositivos.
2º-Aumentan los contribuyentes por IRPF. (Reparto de la carga fiscal)
3º-Aumentan los beneficios de las empresas, y por tanto es posible que paguen impuesto de sociedades más empresa. Tal vez no pague más impuestos cada empresa, pero habrá más empresas que tributen aunque sea poco.

¿Qué efecto se persigue con una bajada de tipos impositivos?

El principal objetivo es aumentar la actividad económica en el mayor número de sectores económicos, de forma que se pase de que pocos paguen mucho a que muchos paguen poco. El objetivo último es la creación de empleo, que a su vez se puede compatibilizar con mantener o aumentar la recaudación fiscal y al mismo tiempo con la reducción del gasto público.

La bajada de tipos impositivos puede ayudar a reducir el déficit público(fundamentalmente por la reducción del gasto público más que por aumento de la recaudación fiscal) y al mismo tiempo contribuye a aumentar el empleo y a conseguir un reparto de la carga fiscal más equitativa.

LOS IMPUESTOS NO SÓLO DEBEN TENER FINALIDAD RECAUDATORIA, SINO REDISTRIBUTIVA, FAVORECIENDO UNA ECONOMÍA DIVERSIFICADA Y DONDE NO SE DESINCENTIVE LA ACTIVIDAD ECONÓMICA.

El aumento de la recaudación fiscal se tiene que basar más en una alta actividad económica en vez de en un alto tipo impositivo.

¿Capitán hemos tocado fondo? El PIB se contrae un 0,5%

hemos tocado fondo

Visto en GurusBlog. Leer más.

A Spanish Roadtrip


A Spanish Roadtrip from The Perennial Plate on Vimeo.

Los 10 mejores trucos tecnológicos para ahorrar tiempo




visto en Meridianos

miércoles, 29 de mayo de 2013

Las hipotecas son más caras ahora con el euríbor en mínimos que hace 4 años

El tipo de interés medio al que se conceden las hipotecas en España alcanzó en marzo su cota más alta desde mayo de 2009. Según el INE, fue del 4,49%, frente al 4,37% del mismo mes del año pasado. Esta subida contrasta con la caída del euríbor a un año, que roza sus mínimos históricos, ligeramente por encima del 0,5%, lo que supone que el diferencial que aplican los bancos por la concesión de estos créditos ya roza los 4 puntos.

 
El tipo medio de las hipotecas no ha parado de subir en los últimos años. Por ejemplo, en marzo de 2010, el interés de los nuevos créditos rondaba el 3,9%, lo que suponía un diferencial de 1,7 puntos sobre el euríbor de entonces (1,21%). Es decir, en los últimos tres años, el margen de la banca se ha duplicado.

El 4,49% marcado en marzo de este año es el tipo más alto desde mayo de 2009. Las hipotecas que se firmaron en marzo de ese año se concedieron al 5,1%, con un diferencial de 3,2 puntos sobre el euríbor.

Estas exigencias de las entidades a la hora de firmar créditos han provocado que los ciudadanos hayan rebajado el importe que solicitan. Según Pisos.com, “el precio de la vivienda, cada vez más ajustado, y la prudencia de la demanda, que ha logrado ahorrar en estos años esperando la oportunidad perfecta, favorece la compra al contado”.
 
Prueba de ello también es el la caída del saldo vivo del crédito hipotecario en España. Según la Asociación Hipotecaria Española (AHE), registró un volumen total de 839.249 millones de euros en marzo, lo que supone un descenso del 13,9% respecto a los 975.764 millones registrados en el mismo periodo del año anterior.


Ventas minoristas de abril en España caen un 4,7% interanual

El consenso de analistas esperaba un descenso del 8,6%
Miércoles, 29 de Mayo del 2013

Si se eliminan los efectos estacionales y de calendario, las ventas minoristas registran una variación del -4,7%, cuatro puntos y dos décimas superior a la de marzo. La variación anual del Índice General del Comercio Minorista a precios constantes se sitúa en el –2,6% en abril, lo que supone mas de ocho puntos por encima de la tasa registrada en marzo.

Las ventas del comercio minorista sin incluir las estaciones de servicio registran una variación anual del –2,9% a precios constantes. Si desglosamos estas ventas por tipo de productos, Alimentación disminuye un 2,7% y Resto baja un 3,2%.

Si se eliminan los efectos estacionales y de calendario, todos los productos presentan tasas negativas respecto al año anterior.

Europa Press
Miércoles, 29 de Mayo de 2013
Eliminados los efectos estacionales y de calendario, la facturación del comercio minorista bajó un 4,7% en el cuarto mes del año, frente al descenso del 8,9% experimentado en marzo.
Por modos de distribución, todos ellos redujeron sus ventas en abril, salvo las grandes empresas, que las elevaron un 2% en tasa interanual. El mayor descenso fue para las empresas unilocalizadas, donde las ventas disminuyeron un 5,7%. En las grandes superficies bajaron un 3,6%, mientras que en las pequeñas cadenas el descenso de las ventas fue del 2,7%.
El empleo en el sector del comercio minorista disminuyó un 2,3% en el cuarto mes del año, con retrocesos en todos los modos de distribución. Los mayores descensos se los anotaron las pequeñas cadenas y las grandes superficies, donde el empleo se contrajo un 4,8% y un 3,8%, respectivamente.
En tasa mensual (abril sobre marzo), las ventas del comercio minorista, corregida la estacionalidad y el efecto calendario, aumentaron un 0,5%, frente al descenso mensual del 1% que experimentaron en marzo.

SÓLO DOS COMUNIDADES EN POSITIVO
Según los datos del organismo estadístico, las ventas del comercio minorista sin incluir las estaciones de servicio descendieron un 2,9% en abril respecto a igual mes de 2012, mientras que las ventas en las estaciones de servicio bajaron un 0,8%.
Las ventas de los productos alimenticios se redujeron un 2,7% en abril en tasa interanual, mientras que las de los no alimenticios bajaron un 3,2%. Entre estos últimos, las mayores caídas de las ventas se dieron en el segmento de equipo del hogar, con una tasa del -4,6%, y en otros bienes (-2,6%).
Las ventas del comercio minorista disminuyeron en abril pasado en quince comunidades autónomas. Los mayores descensos interanuales se produjeron en Murcia (-6,9%), Galicia (-5,7%) y Cantabria (-4,4%) y sólo Baleares y Madrid consiguieron elevar sus ventas, con avances del 1% y del 0,1%, respectivamente.

EL EMPLEO SE REDUCE UN 2,3%
El empleo en el sector del comercio minorista disminuyó un 2,3% en el cuarto mes del año, encadenando de este modo 19 meses consecutivos de caídas interanuales. Además, el ritmo interanual de pérdida de ocupados en este sector se ha ampliado dos décimas respecto a marzo (-2,1%).
En abril se produjeron recortes de empleo en todos los modos de distribución. Los mayores descensos se los anotaron las pequeñas cadenas y las grandes superficies, donde el empleo se contrajo un 4,8% y un 3,8%, respectivamente, mientras que las empresas unilocalizadas recortaron la ocupación un 1,5% y las grandes cadenas, un 0,6%.
En términos mensuales (abril sobre marzo), la ocupación bajó un 0,1%. Por modos de distribución, se registraron pérdidas de empleo en las pequeñas cadenas (-0,2%) y en las grandes cadenas y grandes superficies (-0,5% en ambos casos), mientras que las empresas unilocalizadas incrementaron su ocupación un 0,1%.
El empleo en el comercio minorista disminuyó en todas las comunidades durante el cuarto mes de 2013. Galicia (-3,7%), Cantabria (-3,3%) y Murcia (-3,1%) registraron las mayores bajadas, mientras que Baleares (-0,3%), Aragón (-0,5%) y Comunidad Valenciana (-0,7%) experimentaron los menores descensos.